Un día no tan normal

El fin de semana fuí a Morelia para ver a mi familia. Cuando voy a Morelia dificilmente tengo tiempo para navegar en Internet, por lo que no hubo mucha actividad en el Blog el fin de semana.

El Sábado todavía estaba indeciso si lanzarme en coche o en camión (Son casi $400 pesos de casetas). Saliendo del trabajo ya estaba casi decidido a irme en camión, pero empezó el diluvio y preferí mejor viajar en coche para evitarme problemas si quería llegar a la terminal.

Saliendo de Toluca dejó de llover, y el viaje estaba bastante tranquilo porque no había mucho tráfico pesado. Pasando Atlacomulco empezó a llover de nuevo y a la altura de Tepetongo, la lluvia era tan intensa que apenas y se veía el coche de enfrente.

En esas estaba cuando siento un charco muy profundo y sentí como el coche se alcanzó a patinar ligeramente, pero lo mantuve firme y pasé sin problema. Pero el coche que iba en frente (un Cavalier rojo, si mal no recuerdo) perdió el control y se estampó en el muro de contensión, en cuanto ví que perdió el control aproveché que no venían coches en el otro sentido y me abrí para rebasarlo. Cuando rebasé el coche, supuse que se había detenido y que al parecer no había pasado a mayores, pero al parecer cuando el coche intentó regresar a la carretera, se resbaló de nuevo y pasó rozando la parte de atrás de mi coche y fué a dar al otro carril. Sentí que se me inflamaban las amigdalas cuando vi pasar detrás de mí los faros del otro coche. Afortunadamente no me pegó y al parecer el Cavalier no sufrió gran daño, pero aun así me sacó un buen susto.

Llegando a Morelia, fui a visitar a mis abuelos y pasámos a la fiesta de cumpleaños de una prima. En la fiesta aprovechamos para ver el partido del Morelia (Que ganó 4-2 a las chivas) y mi hermano y yo decidimos lanzarnos a casa de uno de mis tios, el hermano más chico de mi papá.

En casa de mi tío estaban ya uno de sus hermanos y varios de mis primos, tenían un par de X-Box conectados en red con el juego de Halo2 así que empezamos a jugar. Las retas estaban tan buenas que nos dieron las 6 de la mañana y seguíamos jugando. Dormimos un rato, comimos y emprendí el regreso a Toluca, afortunadamente sin contratiempos.